martes, 28 de mayo de 2013

¿DE QUÉ DESARROLLO HABLAMOS? ¿PARA QUIÉNES?

Elda García 
Escuintla - Guatemala 

Hace unos meses “llegó el desarrollo” a una comunidad de Escuintla. Luego de más de diez años de no contar con energía eléctrica legal, ésta fue introducida. Como parte de un proyecto del Comité Comunitario de Desarrollo, se creía que más de 90 familias serían beneficiadas con tan importante servicio básico.

Lo  cierto es que se siguen dando pasos con el objetivo de mejorar la comunidad. Pero, ¿A qué precio? Quiénes son las familias que realmente logran entrar? Cuáles son los mecanismos que se impulsan, que permite que TODOS logren acceder a este servicio fundamental?

El proceso para la instalación no logró respetar el ritmo de los más excluidos. Todos fueron puestos al mismo nivel. Seguro que a los más dinámicos, los que poseen un trabajo estable, los más creativos, etc, etc se les facilitó. Más de mil quetzales se requerían para su instalación. Pero, ¿qué pasa con aquellas familias que apenas poseen lo mínimo para sobrevivir cada día? 

Para ellas está muy lejos la adquisición de la energía eléctrica. Una vez más se pone en evidencia su vulnerabilidad ante los demás. 

Hoy por hoy, muchos poseen sus focos dentro de la casa y fuera de ella; los aparatos eléctricos suenan... AL FINAL ES UN PRIVILEGIO PARA UNOS!!!

Pero no solo pasa con la energía eléctrica, también será lo mismo con la introducción del agua potable, el drenaje y aún más preocupante, estas familias no podrán tramitar la escritura de su lote, que los hace acreedores a la tierra que por derecho les pertenece… 

Para algunos, quizá los costos son normales. Para otros, son imposibles!!!.

lunes, 20 de mayo de 2013

Los que tienen más pagan menos


(aumento en el costo de transporte)


Hace exactamente dos meses que volví a la ciudad de El Alto. Durante este tiempo, dos hechos muy parecidos me han llamado la atención: el aumento del costo de transporte en pequeña y gran escala.

En pequeña escala
Por ciertas razones, asistí a una reunión de la escuela Piloto Intervida,ubicada en la ciudad de El Alto. Esta escuela está financiada por una ONG del mismo nombre. El objetivo principal de esta escuela es apoyar a familias de escasos recursos del sector de Senkta-El Alto en la educación de sus hijos. Para que los niños de este sector, y también el resto de los niños, tengan fácil acceso a la escuela han organizado a los padres de familia de manera que ellos contraten y paguen los servicios de buses escolares. Intervida cuenta con 2 buses propios y hay además unos 10 buses contratados.

En la reunión a la que asistí se discutía si se debía subir o no el costo del transporte por diferentes razones (aumento del precio de la gasolina, mejores salarios para los choferes, etc). En la reunión habían muchas opiniones diferentes como:
  • No es posible que los que vivimos cerca de la escuela paguemos lo mismo que los que viven más lejos.
  • Aumentar 7 Bs. Por mes (el costo es 38 bs mensuales) no es mucho, ¡qué les cuesta pagar 7Bs. más por la seguridad de nuestros hijos!
Estas opiniones venían (a simple vista) de gente que tiene mayores posibilidades económicas (la escuela recibe además estudiantes que pagan una cantidad mucho mayor a las familias de Senkata). Solo una mujer levantó la mano y dijo:
  • No podemos aumentar 7Bs. más, otros tenemos 2 ó 3 hijos o más, eso significa más dinero todavía, yo no hablo por mí, pero muchas madres me comentan que es difícil para ellas aumentar el costo del transporte.
Una militante de ATDCuarto mundo y que tiene una hija en esta escuela, estaba en esta reunión pero no se atrevió a hablar en público y me dijo:
  • Dicen que son sólo 7Bs. pero esos 7Bs. nos hace falta a nosotros, no tenemos el dinero, pero cuando reclamamos nos miran mal, uno contra todos no se puede...

Todavía no se ha decidido si el costo del transporte escolar aumenta o no, pero si la base para este aumento es la distancia entre la escuela y los hogares de los niños, los más afectados por supuesto serán los padres de familia del Sector de Senkata y Ventilla ya que este sector figura como uno de los más pobres de la ciudad de El Alto, olvidándose así del objetivo principal de la ONG.

A gran escala
Desde hace algunos meses, en la ciudad de El Alto, se ha elevado el costo del transporte público para los lugares más alejados del centro de la urbe alteña. La Federación de Transportistas y la Alcaldía alteña acordaron el aumento de 1Bs a 1,50Bs. en los minibuses (de mayor uso público) durante el día. Por la noche los precios fluctúan según el ánimo de los choferes y cantidad de gente que necesite este transporte.

Las zonas alejadas del centro alteño, son precisamente las zonas pobladas por familias de medianos y escasos recursos debido a su origen migrante o a los subempleos a los que se ven sometidos gracias a la poca educación que recibieron o a su origen.

Definitivamente, cuando hablamos del desarrollo de las ciudades o de la seguridad de los niños, las familias muy pobres no son tomadas en cuenta a la hora de la decisiones para estos fines. ¿Hasta cuándo?

Susana Huarachi Quispe
El Alto – Bolivia

¿VÍCTIMAS O VICTIMARIOS?

María Quispe
Guatemala de la Ciudad



Hablamos y escuchamos todos los días sobre la violencia que azota el país de Guatemala y cómo los jóvenes están inmersos dentro de este complicado tema, tanto como víctimas o como victimarios. Hace poco leí un artículo en el que se mencionan datos de homicidio contra los jóvenes y según éste, cada tres horas hay un nuevo homicidio contra la juventud y cada dos horas y media un joven es herido de bala. Estos son datos alarmantes para el país, que tienen que llevarnos a pensar y repensar en las opciones que tienen los jóvenes para no dejarse envolver por la violencia.

Cuando un joven dice: “ya estoy harto de vivir en una covacha vieja” ¿qué alternativas tiene para encontrar trabajo, para estudiar, para no ingresar en el círculo de la violencia? Cuando una madre dice “Yo creo que se fue a la calle porque no tengo nada que darle”; ¿podemos afirmar con ligereza que la responsabilidad es de los padres?; ¿acaso este joven y esta familia, así como tantas otras, no son víctimas de la miseria, de una ausencia de Estado, de una falta de responsabilidad de la sociedad, frente a quienes viven situaciones de vulnerabilidad?

Si día a día las cifras de violencia van en aumento también es porque los jóvenes no tienen más alternativas de sobrevivencia ni de sentirse integrante y miembro de un grupo, ya que no les permitimos un espacio dentro de esta sociedad por su condición o su procedencia.

Entonces ¿Cuál es el papel del Estado y de cada uno de nosotros como integrantes de éste, para no continuar viviendo sumergidos en el miedo y para brindar a los jóvenes oportunidades de salir adelante?

Es seguro que la represión o mayor control de las fuerzas armadas no es la solución. Quizá tener mayores alternativas, opciones laborales y de estudio puedan ayudar; pero acercarse a estos jóvenes, escucharlos, nos sacaría de la ignorancia de pensar en lo violentos que son y nos daría mayores luces para encontrar la solución.




lunes, 13 de mayo de 2013

Niños y Niñas: Una deuda pendiente


Alberto Ugarte Delgado
Lima – Perú

Desde mi experiencia como voluntario de ATD Cuarto Mundo, quisiera en esta ocasión centrarme en aquellos niños y niñas que a causa de la pobreza viven privaciones y situaciones intolerables para todo ser humano; niños y niñas que esperan de nuestro amor, de nuestro coraje y de nuestra creatividad para hacer posible una sociedad que los tome en cuenta y haga de ellos su prioridad.

En todos estos años nunca dejó de sorprenderme el coraje y la creatividad de los niños que encuentro en los barrios que visito, en medio de grandes carencias y adversidades nos reciben siempre con una sonrisa y una luz de curiosidad en sus ojos. Cuando llegamos a sus barrios con los libros y las actividades de la Biblioteca de Calle, es también increíble descubrir su sed de aprender y su necesidad de afecto y de atención.
Me impresiona asimismo la fuerza de muchos de estos padres de familia, quienes día a día luchan para mantener a su familia y sacar adelante a sus hijos, a veces con la única esperanza, tal como me lo decía un papá de “que la miseria se acabe en nosotros y ya no en nuestros hijos”. Al escribir estas líneas pienso en estas familias y me vienen a la memoria el recuerdo de dos mamás, una en Cusco y otra aquí en Lima, quienes me hablaban de su impotencia al no poder apoyar a sus hijos en el aprendizaje escolar por ser analfabetas ellas mismas. Pienso en esta otra mamá que me compartía su pena por tener que dejar a sus hijos encerrados para ir a trabajar: “Yo tengo que salir de mi casa para ir a lavar ropa ajena y muchas veces tengo que dejar a mis niños encerrados en mi casa. Mis vecinos me dicen ‘pero ¿por qué tú dejas así a tus niños? ¿por qué los tienes que abandonar así?, ¿por qué los descuidas?’ Y no es porque uno quiera descuidarlos, es por la necesidad de trabajar”.

Estos niños de los cuales hablo, hacen parte de una sociedad con altos índices de desigualdad, en la que a la distancia de pocas cuadras encontramos realidades extremas de pobreza y riqueza.

Algo que debiera ser preocupación de todos, es que el crecimiento económico de los últimos años no está teniendo un impacto significativo en la reducción de la pobreza, mas al contrario, pues con el incremento de las inequidades la pobreza misma parece acrecentarse y en este contexto es importante ver las cifras relativas al impacto de la pobreza en los niños.

Algunas cifras nos permiten graficar este dramático panorama:
La desnutrición Crónica en el país según la OMS es de 42.4% habiéndose dado, sin embargo, una reducción de 11% con respecto al año 2002. El infobarómetro de la primera infancia mostraba el año pasado que los niños con desnutrición crónica infantil suman alrededor de 500,000 a nivel nacional, lo que representa el 15% del total de la población infantil peruana.

Según indicadores de la Mesa de Concertación y Lucha contra la Pobreza, que recoge los indicadores de resultados de los Programas Estratégicos al 2011 en el marco del Programa Juntos, la anemia entre niños de 6 a 36 meses llega al 51.4% y el indicador de talla correspondiente para la edad, muestra que de cada 100 niños y niñas, 37 tienen retraso en su ritmo de crecimiento.
Al nivel de la educación los últimos años se ha dado una fuerte inversión en infraestructura y se ha reducido considerablemente los índices de niños y niñas que no eran matriculados a la escuela, así como los índices de deserción escolar; sin embargo, aún es deficiente la calidad de la educación pública, lo cual genera enormes diferencias al nivel del aprendizaje entre los niños y niñas de las áreas urbanas y los de las áreas rurales, así como entre niños y niñas de familias pobres y en extrema pobreza y otros no pobres que pueden optar por la educación privada. Asimismo y sin ir muy lejos, sólo aquí en Lima provincia 30.3% de niños y niñas de entre 3 y 6 años respectivamente no asisten a servicios de educación inicial.

Estas cifras nos dan un panorama del estado de una parte considerable de la infancia en nuestro país y nos muestran el enorme reto que tenemos para responder a las necesidades y brindar las oportunidades que todo niño necesita para el desarrollo pleno de sus capacidades.

En desventaja


Linda García
Escuintla - Guatemala

Hace un tiempo me propuse no escribir sobre lo concreto de mi compromiso, sino algunas reflexiones a nivel del país. Así que me tocaría escribir sobre el juicio a un militar retirado acusado de genocidio, de los estados de sitio en las poblaciones que no se dejan vencer por la minería o sobre las interpelaciones a los Ministros de Estado ¡qué se yo! Pero al final la realidad inmediata me sobrepasa y escribo de lo que vivo a diario.

Hace unas semanas vino a nuestra puerta un grupo de niños de cuarto grado, del Asentamiento La Línea, en su mayoría. Era jueves por la tarde, el día que apoyamos a algunos con sus tareas. En estos tiempos hemos visto pasar tareas de todo tipo. Pero la tarea que traían los niños de cuarto grado esa tarde era de las peores que he escuchado: escribir los número del uno al diez mil en números romanos. ¡Del 1 al 10,000! Claro, los maestros tenían capacitación esa semana y necesitaban dejar una tarea que mantuviera ocupados a los niños.

A través de una amiga, que está haciendo sus prácticas de maestra en un colegio privado de una zona de dinero en la capital, me enteré de las técnicas que usan para impartir clases. Por ejemplo, en su grado de tercero primaria, animaron un debate sobre el “feminicidio en Guatemala”, los niños discutían sobre las mujeres que llevan un tiempo desaparecidas a causa de la violencia, las respuestas de los organismos judiciales, en fin, un debate intelectual.

Regresando a la escuela de Escuintla, hubo otra acción que me llamó la atención en estas semanas. Una maestra solicitó a los niños ir con zapatos “converse” (chapulines) a una actividad extracurricular. Sabemos, por la vida compartida con los niños de La Línea, que muchas veces les toca ir a la escuela con caites (sandalias), aun así, ellos van. Incluso hay quienes se sienten más cómodos descalzos. “Los que van a aprender son los niños, no el uniforme” como me decían las familias de Guatemala.

Supongo que la maestra en su momento no imaginó lo que significaba tal petición ¿ir a comprar zapatos y tal vez dejar de comprar las tortillas? (o más que las tortillas), ¿no ir a la actividad?, ¿llevar otros zapatos? Y la mayoría de las posibilidades van ligadas a la vergüenza de sentirte en desventaja frente al que tiene. El objetivo de la maestra era que los niños se sintieran “más cómodos”, sin conocer mucho la realidad de las familias. A un niño se le ocurrió algo, pidió prestado a un amigo el par de zapatos, que le quedaban pequeños y estaba de todo, menos cómodo. ¿Estaba en igualdad con los demás?

Los niños de las familias más vulnerables a la miseria, viven en desventaja. En desventaja con su compañero de clase que tiene más posibilidades, en desventaja con los niños de los colegios privados, en desventaja para en el futuro competir por un trabajo. Desde los años de la primaria son perfilados para acceder a trabajos de baja calidad, repitiendo sin sentido una lección o escribiendo números sin razonar. Y, desde luego, no son los niños con posibilidades económicas los culpables, los niños son niños y se encuentran unos a otros en igualdad, en amistad cuando el ambiente lo permite. Tampoco estoy en búsqueda de un culpable, creo que desde donde estamos, especialmente si somos maestros, tenemos que pensar en el más frágil, tener cuidado de que nadie se sienta en desventaja y que todos podamos caminar al mismo ritmo. ¡Sería este un mundo donde todos encontraran su lugar!

Consulta Regional de la Agenda de Desarrollo Post 2015


Diego Sánchez
La Paz – Bolivia

Durante la semana del 17 al 20 de abril se realizó la Consulta Regional “Realizando el futuro que queremos en América Latina y el Caribe: Hacia una Agenda de Desarrollo Post 2015” en Guadalajara, México y en ATD CuartoMundo, como movimiento de lucha contra la miseria y por la dignidad, no podíamos quedar ausentes de este evento.

Me di cuenta que estos tipos de consultas o encuentros intentan reunir las voces de aquellos a quienes siempre se los deja de lado. Sin embargo entre los más de cuatrocientos representantes de la sociedad civil, instituciones, organizaciones y autoridades, no encontré ni una sola persona que efectivamente viva en situación de pobreza extrema. Aunque hubo una gran cantidad de representantes de los pueblos indígenas de América Latina.

No es que critique la forma de realizar un evento de esta magnitud, porque entre los participantes por supuesto estaban miembros del Gobierno de México y de la ONU. Pero pienso que se debería analizar de qué manera permitimos la participación efectiva de los más desfavorecidos, no simplemente hablando por ellos, sino invitándoles a ser partícipes activos de una Agenda de Desarrollo que los incluya, porque son ellos los más interesados.

Por otra parte, entre las conclusiones que salieron de esta consulta, se remarca que América Latina ya no es una región de pobreza extrema, sino que es la región más desigual del mundo, mucho más que África. Entonces a partir de ello se está casi invisibilizando la pobreza que aún existe en nuestra región, se está casi ignorando este cuarto mundo. Celebramos que los Objetivos de Desarrollo del Milenio hayan permitido que los porcentajes de pobreza y pobreza extrema retrocedieran en nuestros países, pero aún hay mucha gente que vive en esa situación y que necesitan ser reconocidos como un colectivo, que necesitan ser tomados como ciudadanos con los mismos derechos que otros.

Por supuesto se está casi invisibilizando al gran colectivo que aún vive en miseria o exclusión porque ellos mismos no estuvieron presentes en esta consulta regional. Fueron otros los que hablaron por ellos, deduciendo que sus necesidades ya están casi cubiertas porque eso es lo que nos muestran los indicadores oficiales o no oficiales.

Pienso que si en un encuentro de tal magnitud, como fue éste, se hubiera viabilizado la participación de personas que viven en pobreza o exclusión, la Agenda de Desarrollo Post 2015 podría haber tenido una mirada más integradora, más contextualizada a las diferentes realidades de nuestra región.

Al menos mi participación sirvió un poco para reflexionar de qué manera intentamos cambiar el paradigma actual de desarrollo, un desarrollo no solo económico, sino también cultural y social, que no sea excluyente, sino que más bien pueda tomar como ejemplo la manera armónica de desarrollo que llevaron a cabo nuestros pueblos por muchos siglos, o lo que llamamos en Bolivia el “suma quamaña” que significa “vivir bien”.

Somos un movimiento que no excluye a nadie, ricos y pobres formamos parte de una misma sociedad. En estos espacios de reflexión y toma de decisiones debemos estar todos y no solo una parte de “todos.”

lunes, 6 de mayo de 2013

¿Contra los pobres o contra la pobreza?


Daniel García
Madrid- España

“Esto te lo digo como amiga, no como trabajadora social. Pero estando como estás sólo con tus hijos, sin trabajo y con la deuda de luz y piso que tienes, no vayas a pedir ayuda a Servicios Sociales, porque te van a quitar a los niños”.

Así de crudo. Cuando estás en una situación desesperada, cuando tus esfuerzos no consiguen dar frutos, cuando las alternativas para salir adelante se van esfumando una tras otra… Ni se te ocurra acudir a quiénes desde la administración pública se encargan de la atención de quiénes más dificultades tienen. Eso lo dice una profesional, pero eso lo he escuchado muchas veces en boca de personas en situación de pobreza: “Lo único que quieren es controlar”, “Te están preguntando todo el rato ¿has pagado la luz? ¿van los niños al colegio? ¿comen bien? Y si fallas, te quitan a los niños”.

Una Militante Cuarto Mundo explica muy bien la trampa de base que hay en este sistema:
“No hay ninguna ayuda gratuita, porque no lo hay. Porque por un lado te están dando, y por el otro lado te están quitando, como el perro y la presa cuando la engancha. Esa es la maldad que hay. Te la están dando, pero te están vigilando. Tienes que andar con ellos con pies de plomo, por si te denuncian. Una educadora, te la mandan para que te ayude, no te la van a dar para que te vigile. Pero se quedan con todo: si llevas el piso limpio, si no lo llevas limpio...”

Desgraciadamente, así funciona hoy por hoy nuestro sistema de “protección social”. Y desde ahí surge nuestro reto, conseguir cortocircuitar esta mecánica perversa a través del compromiso personal de quienes, más allá de su rol de “profesionales” o “usuarios” se empeñan en buscar alternativas dignas que respeten de manera integral los derechos de todos y todas.

Continuamos en camino, buscando construir otros mundos posibles en este en el que vivimos…

Lo grande y lo pequeño

Eduardo Simas
desde Brasil

Subiendo la avenida central, calle principal del “morro do Alemão” (en la zona norte de Río de Janeiro) vemos por supuesto los impactos de las obras del PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento). Por todo el costado izquierdo hay desechos, sobras de casas mezcladas con la basura. Agujeros por donde sale agua sucia y fétida. Los coches de la policía suben y bajan las laderas con las puntas de los fusiles por la ventana. ¡Pero han dicho que ya no habían armas en las calles!

Más arriba una escena tristemente curiosa, se llevaron la casa y dejaron las gradas. 8, 9 gradas y dónde antes llegabas a la puerta, ahora es un salto en el vacío, o mejor, llega sobre los destrozos de la misma casa y de las vecinas. Siento que todavía se puede escuchar voces de niños que llegan de la escuela, de vecinos en la ventana o en sus sillas en la calle... Pero algo me trae a la realidad: miro hacia arriba y veo los cables y los coches del teleférico. Grandioso, lindo, digno de los alpes franceses de dónde viene la tecnología.

Algunos momentos de duda... no, no es un sueño y tampoco estoy atrapado en una novela surrealista. Los cochecitos rojos como el anuncio de helados, están realmente ahí, con unos cuantos turistas que sacan fotos. Abajo, los que siguen viviendo ahí, tienen que convivir con la basura, con la falta de agua, con el alcantarillado abierto... y con la memoria de los que se han ido, de cómo era su barrio.

Como decía una amiga: “se siente que han destruido las casas pero hay una vida que sigue. Se ve la tristeza en el lugar, en el fondo de las miradas”. No se parece nada con lo que vemos en la telenovela!

Alguién podría pensar que están en pleno proceso de construcción, que luego van a limpiar todo y listo. Pero hace más de dos años que la obra se ha terminado. El teleférico ha sido inaugurado en junio de 2011, con la presidenta, el gobernador, el acalde... Lo que vemos en la calle son las sobras del teleférico. Obras de verdad sólo se han hecho en las estaciones.

Llego a la conclusión de que realmente hay dos países distintos: un país grande, una potencia, el país del mundial y de los juegos olímpicos. Un país donde todo se hace en grande: Hidroeléctricas, petrolíferas, empresas mineras, estadios, programas sociales, teleféricos, en todo se gastan millones de reales, millones de empleos generados, millones de personas atendidas.

Todo se justifica por lo “grandioso” que es. ¿Y qué son algunas familias que han perdido sus casas por estar demasiado cerca de un nuevo estadio? ¿Qué son algunos pueblos indígenas frente a la necesidad energética de un país? ¿De qué reclaman unos cuantos favelados que ahora tienen un teleférico y están en la tele? ¿Qué quieren los miserables que ahora reciben la Bolsa Familia y pueden ingresar en el mundo del consumo?

¿Derechos? Pero eso es tan pequeño... no se gastan millones y no sale en la televisión.

A veces vemos cosas tan grandes que hacen tan poco, y cosas así chiquitas de las que nadie habla y que ayuda un montón” Así nos ha contado una amiga,que tiene una vida muy difícil ella misma, cuando ha encontrado a las compañeras y compañeros de Alemão que luchan diariamente para mejorar sus vidas y la de sus vecinos.

Todo pequeño. Experiencia en permacultura para el alcantarillado y la producción de alimentos, experiencias de diálogo y participación, la persistencia en defender la naturaleza en un ambiente tan degradado, y muchas otras pequeñas cosas... de donde salen pequeñas risas de amistad, pequeñas miradas de esperanza, tan pequeñas que pasan bajo los cables del teleférico contagiando a unos y a los otros.

Cuando miro a lo grande me viene el desespero, el desánimo y creo que todo está perdido. Pero cuando veo a lo pequeño... Ah!!! mí corazón se llena de esperanza y de valor y ya no hay espacio para dudas.

Si alguna vez pasas por el Complejo do Alemão no te olvides detenerte y buscar al pequeño.

La semana pasada el billete del teleférico ha subido de precio de 1 real a 5 reales, la justificativa: “no son los vecinos que lo utilizan sino los turistas”. Turistas que miran desde arriba lo grandioso que es el complejo, suben otra vez en los coches y se van.